DE LA CONVICCIÓN A LA VERGÜENZA

Abel Alcalá H.

Hay un cambio de paradigma en el lenguaje con la intención de transformar la mentalidad de los mexicanos, ese cambio es planeado, promovido y pagado por los grupos de individuos con mentalidad esclavista que están imponiendo la agenda 2030 al mundo a través de la ONU y el sistema financiero internacional, para lo cual usan a los grupos de socialistas, izquierdistas, progresistas, comunistas todos envueltos en la bandera del populismo.

Entre los objetivos perversos que persiguen está que lo falso ahora sea verdadero, que lo malo ahora se vea bueno, que lo corriente se acepte como fino, que lo perjudicial parezca benéfico, y lo más grave de todo es que tus convicciones que adoptaste de la cultura cristiana occidental y respaldadas por la filosofía y las ciencias particulares sobre la patria, la religión, la familia, el matrimonio, la educación, la empresa, el trabajo, la vida, la honestidad, la justicia, el bien común, ahora te la echan en cara diciendo que son excluyentes, difamatoria y homofóbicas.

En todas “Las mañaneras” el ejecutivo federal y su grupo de incondicionales populistas repiten consignas prefabricadas contra , las creencias, los valores, las tradiciones, costumbres para que brote un sentimiento de vergüenza y culpa entre el pueblo mexicano.
El escritor e historiador Enrique Krauze enlisto las acciones de los demagogos en un documento llamado: “Decálogo populista” y que citamos para dar mayor claridad y precisión a como destruyen la cultura mexicana y lavan el cerebro a los grupos más vulnerables e ignorantes.

En el Decálogo populista se proponen diez rasgos que caracterizan las acciones de los populistas y que enseguida comentamos y cada quien sacará sus conclusiones:

1.- “El populismo exalta al líder carismático. No hay populismo sin la figura del hombre providencial que resolverá, de una buena vez y para siempre, los problemas del pueblo…”

2” El populista no sólo usa y abusa de la palabra: se apodera de ella. La palabra es el vehículo específico de su carisma. El populista se siente el intérprete supremo de la verdad general y también la agencia de noticias del pueblo. Habla con el público de manera constante, atiza sus pasiones, «alumbra el camino», y hace todo ello sin limitaciones ni intermediarios….”

3) “El populismo fabrica la verdad. Los populistas llevan hasta sus últimas consecuencias el proverbio latino «Vox populi, Vox dei». Pero como Dios no se manifiesta todos los días y el pueblo no tiene una sola voz, el gobierno «popular» interpreta la voz del pueblo, eleva esa versión al rango de verdad oficial, y sueña con decretar la verdad única..”

4) “El populista utiliza de modo discrecional los fondos públicos. No tiene paciencia con las sutilezas de la economía y las finanzas. El erario es su patrimonio privado, que puede utilizar para enriquecerse o para embarcarse en proyectos que considere importantes o gloriosos, o para ambas cosas, sin tomar en cuenta los costos…”

5) “El populista reparte directamente la riqueza. Lo cual no es criticable en sí mismo (sobre todo en países pobres, donde hay argumentos sumamente serios para repartir en efectivo una parte del ingreso, al margen de las costosas burocracias estatales y previniendo efectos inflacionarios), pero el populista no reparte gratis: focaliza su ayuda, la cobra en obediencia…”

6) “El populista alienta el odio de clases. «Las revoluciones en las democracias -explica Aristóteles, citando «multitud de casos»- son causadas sobre todo por la intemperancia de los demagogos.» El contenido de esa «intemperancia» fue el odio contra los ricos…”.

7) “El populista moviliza permanentemente a los grupos sociales. El populismo apela, organiza, enardece a las masas. La plaza pública es un teatro donde aparece «Su Majestad El Pueblo» para demostrar su fuerza y escuchar las invectivas contra «los malos» de dentro y fuera..”

8) “El populismo fustiga por sistema al «enemigo exterior». Inmune a la crítica y alérgico a la autocrítica, necesitado de señalar chivos expiatorios para los fracasos, el régimen populista (más nacionalista que patriota) requiere desviar la atención interna hacia el adversario de fuera..”

9) El populismo desprecia el orden legal. Hay en la cultura política iberoamericana un apego atávico a la «ley natural» y una desconfianza a las leyes hechas por el hombre. Por eso, una vez en el poder (como Chávez), el caudillo tiende a apoderarse del Congreso e inducir la «justicia directa»…

10) El populismo mina, domina y, en último término, doméstica o cancela las instituciones de la democracia liberal. El populismo abomina de los límites a su poder, los considera aristocráticos, oligárquicos, contrarios a la «voluntad popular»..

El populista y tirano de palacio nacional quiere y actúa para que los mexicanos no solo deserten de sus convicciones sino también que sientan vergüenza de ellas, desea verlos postrados ante sus consignas para que dócilmente se pongan el yugo en el cuello y se dejen esclavizar por los poderosos agiotistas del dinero. La solución está en las próximas elecciones donde decidirás ser libre o ser exclavo. Usted lector dice la última palabra.